En la actualidad, las interrupciones en el suministro eléctrico representan un reto cada vez mayor para las empresas industriales. Con la creciente digitalización de los procesos y la dependencia de equipos electrónicos, cualquier corte de energía puede traducirse en pérdidas económicas y de productividad.
Según el informe "Calidad y confiabilidad de los servicios eléctricos en América Latina" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las interrupciones eléctricas en un país de latinoamérica equivalen al 1.8% de las ventas, con un promedio de 0.7 fallos por mes. Este porcentaje podría ser reinvertido en mejoras para la empresa si se cuenta con soluciones como un sistema UPS y una planta de energía eléctrica.
Contenido
Antes de decidir cuál es la mejor solución para garantizar la continuidad operativa de una empresa, es fundamental conocer las diferencias entre un sistema UPS y una planta de energía eléctrica.
Un sistema UPS (Uninterruptible Power Supply) es un dispositivo diseñado para proporcionar energía de respaldo de manera inmediata cuando ocurre un corte en la red eléctrica. Funciona a través de baterías recargables que almacenan energía y la suministran en cuanto detectan una interrupción, garantizando que los equipos críticos continúen operando sin interrupciones.
La principal ventaja del sistema UPS es que evita la pérdida de datos, la interrupción de procesos sensibles y posibles daños en los equipos. Esto resulta crucial en sectores como la manufactura, donde una interrupción inesperada puede generar desperdicio de materiales, retrasos en la producción e incluso pérdidas financieras significativas.
Sin embargo, el sistema UPS está diseñado para ofrecer respaldo solo por un tiempo limitado, generalmente entre 5 y 15 minutos. Su función principal es proporcionar energía suficiente para que los equipos puedan apagarse de manera segura o hasta que entre en funcionamiento una fuente de energía alternativa, como una planta de energía eléctrica.
Para períodos de respaldo prolongados, una planta de energía eléctrica se presenta como una solución eficiente. A diferencia del sistema UPS, una planta de energía eléctrica, cuenta con generadores independientes capaces de proporcionar electricidad de manera autónoma durante horas, asegurando la continuidad de la operación industrial.
Existen diferentes tipos de plantas de energía, que pueden funcionar con diésel, gas natural, energía solar o eólica, lo que permite adaptarlas a las necesidades específicas de cada empresa.
Una consideración importante es que estas plantas requieren un tiempo de arranque tras un corte eléctrico. En ese periodo, los equipos pueden quedar temporalmente inactivos, lo que podría afectar la operación si no se cuenta con un sistema UPS que cubra esa brecha.
Si bien ambos sistemas cumplen funciones diferentes, combinarlos permite una solución integral para garantizar un suministro eléctrico estable. El sistema UPS actúa de inmediato ante un corte, mientras que la planta de energía eléctrica entra en operación poco después para proporcionar energía a largo plazo.
Implementar ambos sistemas en una empresa industrial no solo protege contra interrupciones inesperadas, sino que también optimiza la eficiencia operativa y evita costos derivados de fallos eléctricos.
Las fallas en el suministro eléctrico pueden representar un riesgo significativo para las empresas industriales. Contar con un sistema UPS y una planta de energía eléctrica permite minimizar los impactos negativos, garantizando la continuidad de las operaciones y protegiendo los equipos críticos.
Ante un entorno industrial cada vez más digitalizado y exigente, invertir en soluciones de respaldo energético no es un lujo, sino una necesidad estratégica para evitar interrupciones costosas y asegurar la competitividad a largo plazo.
En Aei nuestro compromiso es ofrecer soluciones a la medida de tus necesidades que aporten seguridad al usuario y protejan su inversión. Si deseas cotizar una solución, contacta a nuestros especialistas o haz clic aquí.